sábado, 10 de marzo de 2012

El Origen de la Olas


Prácticamente, todas las olas marinas que pueden observarse deben su origen al efecto del viento sobre la superficie de las aguas; mientras que las olas debidas a los movimientos sísmicos son un fenómeno muy raro y excepcional.


En las olas generadas por el viento, éste les comunica parte de la energía que posee por ser aire en movimiento; luego las olas perderán esa energía al rozar sobre el aire en calma y al erosionar las costas de los continentes. Estas olas pueden ser de dos tipos: las olas de viento formadas por el impulso directo del aire sobre ellas y por el rozamiento del viento sobre la superficie, lo que permite que a veces alcancen una velocidad mayor que la del viento que las produce; y las olas de marejada que son las olas de viento que han recorrido un largo camino y están lejos de la zona de vientos importantes, por lo que se van debilitando poco a poco.


En la altura alcanzada por las olas, además de la velocidad del viento; intervienen la superficie de mar abierto que existe frente a ellas y el tiempo durante el cual el aire está soplando. Esta altura, si las olas se desarrollan en mar abierto y bajo un viento que sople muchas horas, puede alcanzar los siguientes valores máximos:

Altura en metros
0,2
2
6
10
20
Velocidad del viento en km/h
10
30
50
70
90


Aparte de aquellas olas, hay otras cuyo origen está dentro de los océanos: son las olas sísmicas. Los movimientos sísmicos, las erupciones volcánicas o los deslizamientos de tierras, cuando ocurren bajo las aguas pueden provocar en éstas unas olas de enorme longitud comparadas con las que tienen su origen en el viento.

En alta mar, con grandes profundidades, estas olas sísmicas o "tsunamis" (término japonés) pasan generalmente desapercibidas, pero al acercarse a la costa adquieren gran altura, a veces hasta más de 30 m y producen devastadoras inundaciones. Sin embargo, pueden ser detectadas con anticipación debido a los sismógrafos.

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